Ya he contado en otras ocasiones que conocí y comencé a implementar la terapia EMDR en mi práctica profesional justo en un momento en el que sentía que las psicoterapias tradicionales no arrojaban resultados permanentes y que además los procesos de curación emocional tardaban mucho tiempo.
Eso ocurrió en el año 2011, y entre los testimonios que me impactaron en aquel momento, está el caso de una víctima de abuso sexual que fue tratada con EMDR, con resultados de curación tan inmediatos y soprendentes, que durante el juicio pudo presentar su testimonio de manera serena y sin la afectación emocional de un evento tan traumático. De hecho, tomaron la previsión de grabar su testimonio antes de ser sometida a la terapia, porque temían que los miembros del jurado dudaran posteriormente que se trataba realmente de una víctima de violación, al mostrarse tan tranquila al narrar lo padecido.
Desde aquel momento, he guiado a decenas de personas en un camino maravilloso de curación emocional a través de EMDR, quienes hoy se sienten libres, tras superar diferentes tipos de traumas en procesos terapéuticos bastante rápidos.
¿En qué consiste la terapia EMDR?

Comencemos por definir lo qué es el trauma psicológico:
La palabra “trauma” proviene de un concepto griego que significa herida; y, en lo psicológico, se refiere a un impacto emocional que genera un daño persistente.
Sin importar su origen, un trauma afecta el bienestar de la persona de tal manera que puede llegar a desarrollar creencias negativas y debilitantes sobre sí misma, sus circunstancias y el mundo que le rodea.
Cuando alguien experimenta un trauma psicológico, tal parece que puede ocurrir un desequilibrio en el sistema nervioso, provocado quizá por cambios en los neurotransmisores, por la adrenalina, etc. Debido a este desequilibrio, el sistema de procesamiento de la información se ve incapacitado de funcionar óptimamente y la información adquirida durante el momento traumático (incluidos imágenes, sonidos, emociones y sensaciones físicas) es mantenida neurológicamente en ese estado perturbador.
Eso fue lo que logró solucionar la Dra. Francine Shapiro, creadora del modelo psicoterapéutico Eye Movement Desensitization and Reprocessing (Desensibilización y Reprocesamiento por medio del Movimiento Ocular), conocido internacionalmente como EMDR, por sus siglas en inglés.
La terapia introducida por la Dra. Shapiro, en Estados Unidos en 1987, se basa en un procedimiento particular de atención dual (presente-pasado) y de estimulación bilateral cerebral de EMDR (visual, auditiva y kinestésica), que activa el sistema de procesamiento de la información, provocando un cambio bioquímico en el cerebro que aumenta la activación y fortalece las asociaciones débiles.
En este proceso, ocurre el desplazamiento de la información perturbadora -a un ritmo acelerado- a lo largo de los caminos neurofisiológicos apropiados hasta que se resuelve, entrando en contacto con información adaptativa del presente.
Todo esto es posible, debido a que el cerebro humano es capaz de llegar a la autosanación psicológica, porque la tendencia natural del sistema de procesamiento de información del cerebro es desplazarse hacia un estado de salud mental.
Entonces, este modelo psicoterapéutico se basa en el principio de que cada persona posee una tendencia natural hacia la salud y la integración, y tiene la capacidad interna para lograrlo. Sus resultados han sido tan satisfactorio, que cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud y de las Guías Clínicas Internacionales para el tratamiento del trauma.
¿Cómo se aplica la terapia EMDR?

El abordaje de la terapia EMDR se realiza en tres vertientes: reprocesar el pasado perturbador; desensibilizar los disparadores presentes que ocasionan malestar emocional injustificado; e incorporar patrones de conducta positivos para el futuro que le permitirán a la persona estar más saludable, feliz y capacitada para desarrollar su potencial.
Son varios (y muy innovadores) los protocolos que se pueden aplicar con EMDR, pero el procedimiento estándar para abordar un trauma incluye ocho fases:
Fase 1. Historia del paciente.
Fase 2. Preparación.
Fase 3. Evaluacion.
Fase 4. Desensibilización.
Fase 5. Instalación.
Fase 6. Chequeo corporal.
Fase 7. Cierre.
Fase 8. Reevaluación.
Curación a «máxima velocidad»
Me aprovecho del título del libro “Curación Emocional a Máxima Velocidad. El poder de EMDR» escrito por David Grand, Ph.D. (2013), porque es la frase más apropiada para describir lo rápido que pueden conseguirse resultados con EMDR. El tiempo se acorta considerablemente en comparación con la psicoterapia tradicional, porque se utilizan procedimientos fisiológicos para desplazar la información almacenada disfuncionalmente en el sistema nervioso.
En el modelo de procesamiento de la información a un estado adaptativo, se considera que la curación psicológica no está sujeta a un tiempo determinado, debido a que se pueden observar efectos rápidos cuando se aplica EMDR.
La terapia EMDR cambió el paradigma de que el dolor emocional severo requiere procedimientos verbales y mucho tiempo para sanar, al demostrar que la mente puede curarse del trauma psicológico tanto como el cuerpo se recupera del trauma físico. Estudios repetidos evidencian que al usar la terapia EMDR, las personas pueden experimentar los beneficios inmediatos de la psicoterapia que alguna vez les llevó años conseguir.
Mi experiencia en la práctica profesional me ha arrojado que si la persona ha experimentado un único evento traumático podría requerir de tres a cinco sesiones. Sin embargo, la terapia se puede extender dependiendo de la historia de la persona y la complejidad del problema planteado.

Ahora bien, si hablamos desde el punto de vista económico, EMDR también ha contribuido a reducir los costos, en relación con las terapias psicológicas tradicionales, debido a la corta duración del proceso para conseguir la curación emocional.
¿Quiénes se pueden tratar con EMDR?
Se puede aplicar a personas de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores. En sesiones que pueden ser individuales o grupales, dependiendo del caso que se trate.
Si has padecido un evento traumático o sientes que situaciones adversas del pasado están deteniendo tu vida, afectando tu presente y alejándote del futuro que sueñas, te invito a ponerte en contacto conmigo para que experimentes la curación emocional que ofrece la terapia EMDR, y así comiences a disfrutar de una vida en plenitud. ¡Te lo mereces!